Hay un cerdo amarillo volando
lo miro y lo miro queriéndolo ver,
sigue ahí, puesto no se quiere caer
y de repente veo un pez bailando.
Voy a buscar a mi amiga, saltando
a su casa corro sin entender
porque ya no me lo puedo creer,
pero entonces la veo resoplando.
Encima de la mesilla tumbada,
había un rinoceronte morado
comiéndose una tortilla quemada.
¡Alcira! Le grito viendo esa cosa,
dame la mano, no estés asustada.
¡Despierta! Una pesadilla graciosa.
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